jueves, 6 de noviembre de 2008

BOLIVAR Y LA LIBERTAD

En esta breve ponencia queremos referirnos a cómo el impulso de la libertad que nos agita a los jóvenes, corresponde a un clamor de toda la sociedad americana, y cómo este impulso sumado a la rebeldía, se liga con el pensamiento y el accionar de Simón Bolívar como el gran artífice e ideólogo de La Libertad. Siendo libertad, rebeldía y la figura toda de Bolívar elementos constitutivos de nuestra identidad no sólo como jóvenes sino como americanos, nos compete concluir el proyecto libertario, afinando en primera instancia nuestro sentimiento rebelde a través del ideario bolivariano..

El especial ardor en el sentimiento de libertad y rebeldía que tenemos los jóvenes, proviene de dos fuentes fundamentales: la primera, es la sociedad entera que dada una larga situación de esclavización, explotación, y humillación reiterada, clama por la recuperación de la autonomía, la restauración de la justicia y el reestablecimiento de la libertad social que es lo mismo que la felicidad colectiva según Bolívar. Si bien ese reclamo es general, el ardor libertario que vibra en nosotros, consiste en la falta de acostumbramiento a las cadenas; consiste y descansa en el vigor de nuestros cuerpos y en la conciencia colectiva que se nutre en la experiencia de los pueblos a lo largo de su historia; aspecto este, crucial en la determinación de la identidad.

De otro lado, nuestro fuero libertario y además rebelde nos viene de sangre – por decirlo de alguna forma, nos viene de una sólida raíz histórica: la independencia del imperio español que pospuso durante muchos años el ejercicio de nuestra autonomía, sometiéndonos a la ignominia de la servidumbre, la miseria y la ignorancia. En el colegio, estudiamos la gesta libertaria y su máximo artífice Simón Bolívar de una manera totalmente sesgada y mediocre. Nunca relacionaron nuestro ser juvenil y sus principales características: el deseo de ser libres y la rebeldía, con la liberación y rebeldía de la entonces joven América.

Nunca nos mostraron el verdadero rostro de Bolívar, ni el valor de su pensamiento y su espada. Nos lo dibujaron patillón y encopetado, digno apenas de levantar mil estatuas.
No nos dijeron que la República que se propuso construir, estaba atravesada hasta los tuétanos por la idea de La Libertad; por ejemplo, ya habiendo Bolívar junto al pueblo conquistado la independencia de estos países, era necesario conducente con la idea de libertad como principio de la Nación) erigir repúblicas verdaderamente democráticas.

Eso significaba que ese mismo pueblo que se había batido en el campo de batalla para expulsar a los españoles, debía ser en su nueva condición, autor y artífice de su nueva legislación, mejor dicho, debía mandarse; y eso era justamente lo que buscaba Bolívar: fundar un gobierno popular; intervenido decididamente por las mayorías, pues si el pueblo actuaba según su propio mandato, sería libre de verdad verdad. No obstante, los enemigos de la felicidad del pueblo con Santander a la cabeza, se embarcaron en la empresa de liberación para defender sus intereses mezquinos y egoístas: la repartición de la torta, una vez arrebatada a los españoles. En el colegio nunca hemos visto al Bolívar real, pues nos ocultan que las actuales clases gobernantes son las directas herederas de quienes frustraron el proyecto libertador; además nos ocultan que nosotros somos los directos herederos de Bolívar y el pueblo que combatió con él; por lo que nos compete el deber de terminarlo. La oligarquía como conviene llamar a esta clase gobernante, nos oculta un rasgo fundamental de nuestra identidad, representado en él, en sus ideas y su accionar: nuestra vocación libertaria, que más que presente en el hecho de ser joven, está presente en nuestro ser americano, mestizo, golpeado y humillado, pero digno y liberado con su propia mano.

Los malandros ricos, egoístas y enemigos de la libertad que nos gobiernan, saben que educarnos en conformidad con nuestro ser joven e histórico es arriesgarse a que nosotros nos rebelemos como debemos; y por ello cada vez hay menos escuelas, menos cupos, menos posibilidades de proyectarnos en la universidad, menos currículos que estimulen el pensamiento, la critica y el accionar de acuerdo a lo que somos y requerimos.

No quieren que nos eduquemos bien, pues como señaló Bolívar «la libertad es la expresión del pensamiento», y la cultura y el saber (sobre todo de la historia que revela nuestro ser, nuestro proyecto y nuestro deber) son el alimento del que se nutre tal pensamiento; quieren impedir la posibilidad de que el pueblo con sus jóvenes a la cabeza pueda cranear el rumbo de su vuelo. Ellos saben que, como también advirtió Bolívar «las naciones marchan hacia el termino de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación; ellas vuelan si ésta vuela; retrograda si retrograda, se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe o absolutamente se abandona.» Simón Bolívar, el escondido, el ocultado, el tergiversado, es el hombre de la Libertad.

No sólo la pensó, sino que trascendiendo el plano de las ideas hizo hasta lo imposible para llevarla a la práctica. Con el ímpetu, el vigor de la juventud y la prudencia y sagacidad de la madurez, la sacó de la vulgar suposición que dice que ser libre es hacer cuanto nos venga en gana, y la posicionó en el lugar correcto, al lado de la justicia, la igualdad y la unidad; descubriendo en ella toda una obra de arte que requería a través de la educación , la elevación del pensamiento .

La libertad bolivariana significa, la ruptura de la servidumbre y el auténtico despliegue de la autonomía; el equilibrio entre la felicidad del individuo y la felicidad del c o l e c t i v o , e l valor inestimable de la dignidad humana y por tanto, como lo expresara El Libertador con sus palabras «el mayor don de la naturaleza».

Qué grotesca luce al lado de esta, la libertad de la ideología neoliberal, que a través de sus monstruos desinformantes nos meten con seductoras luces y sonidos, la vacua ansiedad del consumo desaforado; la mueca repelente del joven que no sabe qué quiere
ni para dónde va; la idea humillante de que nuestro valor descansa en las chequeras y en las tarjetas de crédito.

Minimizando nuestro valer inconmensurable al del intercambio monetario, reduciendo nuestro ser a mero objeto mercantil. La libertad bolivariana no es pues, un invento para aumentar las ventas; es verdad latente en nuestra esencia, vibrante en las piernas,
emergiendo nuevamente en la conciencia colectiva que escudriñando desde la voluntad de sus hombres y mujeres más jóvenes en la historia, quita mascaras, señala las mentiras, destruye falsos héroes y marcha inconmovible hacia la segunda y definitiva independencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

señores dejenme decirles que tienen toda la razon, nunca nos mostraron al verdadero bolivar, pues al parecer usted deconcen las rivalidades que surguieron entre el gral santander y bolivar.

ya que no lo saben, me permito decirles que que bolivar pretendia proclamarce como rey de la gran clombia, cosa que no tuvo eco en la cabeza de santander, quien se opuso de manera rotunda la idea del "Libertador".

por esa razon el señor chavez, dictador venezolano, cada vez que pude difama el nombre de santander, pues como ese gorila se cree la reencarnacion de bolivar, no queda más remedio que hablar mal de sus opositores

ahora bien, si ustedes alaban al susodicho, nacen dos hipotesis:

1 ustedes apoyan a las monarquias
2 desconocen la historia de su pais

en suramerica bolivar no fue el unico que lucho por la libertad de su pueblo, en otras tierras 6ambien existieron personajes que hicieron lo suyo por su pais. caso como gaspar roa en paraguay, quien logro la independencia de su pais frente al bi reinato de la plata, y los bandeirantes del brasil, quienes cruzaban as fronteras para secuestrar indigenas guaranies y venderlos como esclavos.

este mismo señor, tuvo varias discuciones con el señor bolivar, quien amenazo con invadir al pais de los rios a causa de la encarcelacion del cientifico Bonplant en el paraguay a causa de las acusacines de que este era un traidor a la patria.

sin embargo gaspar roa, mas conocido como el supremo dictador perpetuo, fue uno de los mas sangrientos lideres de ese pais y podria decirce que el primer dictador de america. sin embargo este sujeto rewscato las raices indigenas de su pais, institucionalisando el guerani como lengua oficial antes que el español, acabando con la indigencia de las calles de todo el paraguay y reduciendo la pobreza casi al 0 % pues la mendicidad y la vagancia era merecedora de la pena de muerte.

no quiero decir que las dictaduras sean snas para un pais, solo que hay que conocer ambos lados de la historia antes de casarce con dicursos tan desfasados como los bolivarianos.

ATT: ANTONIO