lunes, 23 de noviembre de 2009

Trabajadores seguirán en la toma de la Clínica Manizales



"Hasta que no haya hechos concretos no nos iremos", dijo ayer Jairo Gutiérrez López, Presidente del Sindicato de Trabajadores de Clínicas y Centros Asistenciales (Sintracliceas), el cual decidió en asamblea general continuar con la toma de la Clínica Manizales hasta la próxima reunión con las directivas, que será este lunes.

Redacción/LA PATRIA

Manizales


"Hasta que no haya hechos concretos no nos iremos", dijo ayer Jairo Gutiérrez López, Presidente del Sindicato de Trabajadores de Clínicas y Centros Asistenciales (Sintracliceas), el cual decidió en asamblea general continuar con la toma de la Clínica Manizales hasta la próxima reunión con las directivas, que será este lunes.

La ocupación de las instalaciones la hicieron el pasado jueves como una protesta por la falta del pago de siete meses de sueldo, prima y seguridad social. Dos meses y medios atrás se tuvo que cerrar la Clínica por inviabilidad económica.

La decisión se tomó tras la reunión que sostuvieron en la mañana representantes de Sintracliceas con el Gerente de la entidad, Óscar Gómez, y funcionarios del Ministerio de la Protección Social. También estuvo el Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Óscar Arturo Orozco.

Al sitio llegó la periodista de este medio para preguntarle al Gerente sobre la posición que tomaría y las posibles soluciones, pero este se negó a responderle. "No tengo nada para decirle a LA PATRIA", sostuvo. Igual fue la respuesta el día anterior, cuando se intentó una comunicación telefónica.

El encuentro, que se hizo en la Regional de Trabajo y donde será de nuevo este lunes, tardó tres horas. Se llegó al acuerdo de una segunda reunión, pues no hubo ofertas concretas sobre la forma de pago. La Junta Directiva de la entidad analizará la situación.

"El Gerente nos aseguró que le deben mucha plata a la Clínica. Calculamos que en meros salarios se deben cerca de $1.500 millones de pesos. De todas formas quedamos satisfechos con lo de hoy y esperamos una respuesta concreta para poder levantar la toma", concluyó Gutiérrez López.



ver: http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=81424&CODSEC=2

miércoles, 18 de noviembre de 2009

"Carta a mis padres: Miguel Antonio Beltrán y Alba Ruth Villegas"








Miguel Ángel Beltrán Villegas

Imagino sus caras de sorpresa cuando el viernes pasado (22 de mayo) escucharon decir al comandante de la policía, General Oscar Naranjo, que el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) había capturado “al terrorista más peligroso de las FARC” y que se trataba de un profesor universitario que respondía igual que vuestro hijo al nombre de Miguel Ángel Beltrán Villegas.

Supongo que de de no ser por las inquietantes imágenes de televisión, que corroboraban la noticia, donde se me presentaba esposado, con un chaleco antibalas de color negro, un tapabocas y un impresionante dispositivo de seguridad, papá hubiera lanzado una descomunal carcajada, comentando la noticia con su acostumbrado humor negro: “si mi hijo es terrorista, Uribe es la Virgen Santísima”.

Pero en este país del Sagrado Corazón de Jesús, donde los mal llamados “falsos positivos” (en realidad verdaderos crímenes de Estado) ejecutados a “sangre fría” son el pan de cada día, todo es posible… Incluso que los noticieros señalen al presidente Álvaro Uribe como el mandatario más popular de América Latina y a mí, como un peligroso terrorista internacional.

Al día siguiente en los calabozos de la SIJIN de Bogotá, un guardia me compartió amablemente un artículo publicado por el diario “El Tiempo” y que parecía un panfleto escrito en los tiempos de la “guerra fría” cuando se decía que “los comunistas comían niños”. En su columna el reportero señalaba que ustedes dos eran guerrilleros y que yo había realizado mis estudios en la extinta Unión Soviética. Esta vez –les confieso- quien no pudo contener la risa fui yo: “mis padres chusmeros, vaya que chiste tan bueno”, imaginaba en medio de la hilaridad que me producía la noticia que si yo era sindicado de ser “alias Cienfuegos” seguramente papá fue conocido como “chispas” y mamá como “pólvora” u otro explosivo nombre de guerra.

Mas allá de que la irresponsable aseveración del periodista, puso en grave riesgo la integridad personal de ustedes dado que en este país los ex guerrilleros han sido impunemente asesinados, como lo ilustra la muerte de Guadalupe Salcedo, “Charro Negro”, Carlos Toledo Plata, Carlos Pizarro y muchos más, quisiera decirles que secretamente pensé que era un orgullo que en el citado artículo de prensa los señalaran de guerrilleros ¿acaso no fueron los ejercito irregulares patriotas los que derrotaron más de tres siglos de colonialismo español? ¿No fueron los guerrilleros liberales los que enfrentaron las dictaduras civiles conservadoras en los años cuarenta y cincuenta? ¿No ha sido la acción guerrillera la que ha preservado los escasos resquicios de democracia que hoy subsisten en el país?

En Colombia la historia ha demostrado que guerrillero es sinónimo de altruismo, resistencia y dignidad; los Llanos, Chaparral, Villarrica, Marquetalia, Sumapaz y el Guayabero pueden dar fe de ello. Insultante hubiese sido que los llamaran “congresistas “o “asesores presidenciales”, ocupación asociada hoy a la corrupción, el narcotráfico y el paramilitarismo.

Pero la vida les reservo otros caminos: papá se convirtió en un ex sargento viceprimero de la policía y mi progenitora en una abnegada madre dedicada al cuidado del hogar. Con la generosidad y entrega de ustedes dos, sobreviviendo con una precaria pensión de policía habitando una casa en “obra negra”, que les subsidió el programa de de la “Alianza para el Progreso” (y que terminaron de levantar ladrillo a ladrillo), lograron criar, educar y alimentar siete hijos: cinco mujeres y dos hombres. De tal modo que si alguna profesión ejercieron ustedes –hay que aclararle al periodista- no fue la de guerrilleros sino la de magos e ilusionistas.

Hoy confinado en este pabellón de alta seguridad donde las horas transcurren lenta y monótonamente, resulta inevitable recrear en mi mente esas historias familiares que ahora se anudan en mi garganta como un grito de rebeldía contra toda la injusticia que descarga sobre mí este régimen corrupto y narco paramilitar.

Todavía tengo fresco en mi memoria aquel lejano día, cuando la abuela Sofía me relató, sin derramar tan siquiera una lágrima porque sus ojos estaban secos del sufrimiento, la muerte de Víctor Villegas, mi abuelo materno, quien era dueño de una extensa finca cafetera en el viejo Caldas. Una tarde cualquiera – me contó la abuela- su vida fue segada a machetazos, por el “delito” de ser “cachiporro”. Su cuerpo inerte permaneció tendido varias horas en la plaza del pueblo. Nadie se atrevía a recogerlo por temor a las represalias, pero mi abuela que siempre se distinguió por tener un carácter fuerte, haciendo caso omiso de los ruegos de amigos y vecinos, se dirigió a la plaza del pueblo, recogió el cadáver, lo cargó varios kilómetros y, en una ceremonia casi privada, le dio cristiana sepultura.

Antes que concluyera el relato mis ojos estaban cargados de lágrimas, por eso tal vez la abuela que conocía mi sensibilidad nunca me contó que en el momento de enterrar a su difunto esposo, en su vientre una pequeña de apenas ocho meses de existencia agitaba su cabecita, como preguntándose por qué le privaban la posibilidad de tener un padre que le arrullara en la cuna, la besara en la frente antes de dormirse y la llevara al parque. Mi tía Yormen – como después bautizaron esta niña - creció así como han crecido millares de colombianos esto es, como hijos del conflicto armado y social que ha azotado al país por décadas.

Fue así como mi imaginación infantil empezó a poblarse con las historias de “La Violencia” que salían a relucir, cada vez que llegaba a la casa una visita familiar. Recuerdo que, como éramos niños, nos mandaban a dormir porque se trataba de “una conversación para adultos”. Pero mi curiosidad era más grande y contraviniendo las órdenes paternas, escuché detrás de las escaleras que conducían al segundo piso de nuestra casa, algunas palabras que mucho después cobrarían sentido para mí: “godos”, “cachiporros”, “pájaros”, “chusmeros”, “chulavitas”, “Gaitán”, “sangrenegra”, “venganza”, “laureanistas” y otros más.

Muy pronto los relatos de hadas encantadas y de príncipes valientes que con sus besos deshacían los maleficios de la bruja malvada, fueron sustituidos por los terroríficos cuentos de la policía chulavita que incursionaba en los pueblos liberales, les cortaba a los hombres el pene y lo colocaban en la boca de sus víctimas por los relatos fantásticos de hombres de filiación liberal que eran obligados a caminar descalzos sobre brasas calientes, mientras que a sus mujeres embarazadas les extraían el feto y los ensartaban en la punta de sus bayonetas, exhibiendo con orgullo su preciado trofeo.

Escuchaba estas historias con una mezcla de terror y fascinación y, como era de esperarse, en lo profundo de la noche me resultaba imposible conciliar el sueño. Entonces acudía donde mi hermana mayor que me arropaba entre sus brazos y acariciándome la cabeza me decía con su dulce voz que me durmiera, que esas historias habían ocurrido hace mucho tiempo por allá en la época de la violencia, pero que ahora todo era diferente “godos” y “cachiporros” convivían juntos y ya no se mataban. Al escuchar estas palabras una sensación de seguridad invadía todo mi cuerpo y cerraba los ojos agradecido con la vida por no haber tenido que padecer el horror de aquellos años.
Y así como en mis lecturas infantiles mis simpatías se alineaban con las más débiles (caperucita roja, Blanca Nieves y la Cenicienta) y mis odios con los más crueles ( el lobo, la bruja y la madrastra) en los relatos que escuchaba de ustedes no me fue difícil tomar partido a favor de los “cachiporros”. Es cierto que a mis escasos cinco años no entendía que significaba esta palabra, pero en lo más profundo de mi corazón algo me indicaba que ellos eran los buenos y los “godos” los malos.

En mi lógica infantil hubo sin embargo algo que empezó a inquietarme constantemente, los “chulavitas” eran policías, y éstos a su vez eran “godos”, pero ¡vaya horror!, papá era policía. La preocupación rondaba tanto mi cabeza que un día me llené de valor y cerrando los ojos me atreví a preguntar: ¿papá cuántos cachiporros mató usted? Yo esperaba un severo castigo a mi atrevimiento, pero como única respuesta obtuve una estrepitosa carcajada. En mi mente infantil esa risotada significaba que había asesinado y descuartizado a miles de liberales. Entonces mi cara se puso seria y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Ante la certeza de algo que ya sospechaba, la imagen del padre ejemplar, del padre cariñoso, del padre bueno estallaba en mil pedazos, como un cristal al estrellarse con el piso.

Cuando estaba a punto de proferir un sollozo papá contestó que en toda su vida no había matado a nadie. Y enseguida me aclaraba ya con el gesto serio -mientras mi corazón volvía al cuerpo- que pese a ser un policía…nunca dejó de ser un liberal gaitanista y que esa filiación política la había ocultado siempre, no sólo para proteger su vida sino las de decenas de familias perseguidas por la violencia conservadora; también, para burlar órdenes que consideraba no eran correctas y procurar justicia donde la situación lo requiriese.

A partir de ese día, todo parecía más comprensible y el enredo de ideas que tenía en mi cabeza empezó a clarificarse. Por ejemplo comprendí por qué mamá siendo liberal se había casado con un policía. Así mismo entendí la diferencia entre un “pájaro” y un “guerrillero” Supe también desde aquella vez que en las filas de la policía había gente “buena”, y años después convertido en un activista estudiantil rechacé aquella consigna dogmática tan en boga entre los universitarios, que consideraba que todos los militares eran asesinos. Sin embargo, la mejor lección que me aportaron estas conversaciones con ustedes y que se hicieron cada vez más frecuentes fue que independientemente de donde estuviera, debía tomar siempre partido a favor de los débiles y manifestar mi indignación contra toda injusticia.

Fue en esos tempranos años de mi vida que empecé a interesarme por la historia política del país y aquella vieja biblioteca de madera, que aún sobrevive en la casa. Se abrió para mí como si se tratase de un tesoro escondido: “Viento seco” de Daniel Caicedo;”Lo que el cielo no perdona” de Fidel Blandón; “Un aspecto de la Violencia” de Alonso Moncada; “13 años de violencia” cuyo autor ya no recuerdo, fueron obras que devoré en cuestión de días. Sin embargo, el libro que más me impactó fue el de “Las guerrillas del Llano”. Su autor, Franco Isaza, había participado en la contienda. Recuerdo que en la biblioteca papá tenía la primera edición impresa en Caracas (Venezuela) y que circuló clandestinamente bajo la dictadura del General Rojas Pinilla, con un prólogo de Plinio Apuleyo Mendoza donde exaltaba “la heroica resistencia guerrillera del partido liberal”. Tendría siete u ocho años cuando lo leí ávidamente en una de esas vacaciones escolares. Con gran crudeza Isaza retrataba allí las sangrientas masacres cometidas por los chulavitas en los poblados de El Llano, pero al mismo tiempo explicaba como los peones llaneros se fueron armando para defender sus vidas y propiedades, primero en alianza con los hacendados liberales y luego en contra de los mismos, que se pusieron al lado de los conservadores.

En las diferentes conversaciones con mi compañero de patio Heli Mejía, más conocido como “Martín Sombra” he recreado estas historias. “Sombra” me cuenta como su madre y sus tías fueron violadas y luego asesinadas por la policía chulavita; y como su padre, poco después corrió la misma suerte: “Ante el cuerpo agonizante de mi papá –me relata Sombra – juré que moriría como un guerrillero, por eso jamás me amnistié y en 1966 me vinculé a los núcleos iniciales de las FARC”. Sombra es un vivo ejemplo de la continuidad – y a la vez discontinuidad – de la lucha guerrillera en Colombia. Un conflicto que empezó planteándose como un enfrentamiento entre liberales y conservadores, pero que en los años sesenta adquirió claros contenidos de clase, como quedó consignado en el “programa agrario de los guerrilleros” (FARC) y el Manifiesto de Simacota (ELN).

Hace más de un cuarto de siglo que en mi tesis de licenciatura en Ciencias Sociales empecé a investigar este pasado histórico, porque creí ver en él, algunas claves para comprender la actualidad del conflicto armado en Colombia. Fue así que me interesé por estudiar las guerrillas liberales del Llano. Eran los tiempos del proceso de paz del presidente Belisario ojo Betancur y, desde diferentes sectores del Estado se presionaba para que los combatientes se desmovilizaran y entregaran sus armas. La investigación que realizamos en coautoría con un compañero de estudio, hijo de un exguerrillero liberal; nos llevó a concluir que los guerrilleros del llano habían sido traicionados por el General Rojas Pinilla quién solicitó a los rebeldes que entregaran sus armas a cambio de promesas de paz que nunca cumplió, contrario a ello muchos fueron judicializados y asesinados. Por eso en la introducción a nuestro trabajo investigativo señalábamos que la derrota del movimiento guerrillero se convertía en una victoria, porque jamás se volverían a ver filas de insurgentes entregando sus armas a sus verdugos.

Sin embargo, la historia se encargó de desmentir parcialmente aquella afirmación. Años después, los guerrilleros del M-19 haciendo caso omiso de esta lección histórica, entregaron sus armas y muchos de ellos fueron asesinados empezando por su máximo jefe, el comandante Carlos Pizarro León Gómez pese a contar con más de 20 guardaespaldas. Muy otra fue la suerte de los combatientes de las FARC que se acogieron al proceso de “cese al fuego tregua y paz” se negaron a hacer entrega de las armas y anunciaron al país la formación de un nuevo movimiento político, que se conoció como la Unión Patriótica (UP).

Me vinculé a las filas de la Unión Patriótica desde sus inicios mismos, porque vi en este movimiento amplio, la posibilidad de un cambio democrático por las vía pacíficas. Sus propuestas de reforma política, agraria y social llamaron mi atención, así como su compromiso con la búsqueda de una salida política al conflicto colombiano. La candidatura del ex magistrado Jaime Pardo Leal colmó todas mis expectativas: su verbo encendido, su tradición de lucha, su capacidad intelectual y su formación académica me convencieron de participar, por primera vez, en una contienda electoral. Pero la oligarquía de este país al ver amenazado sus mezquinos intereses, exterminó a “sangre y fuego” este experimento político.

De pronto empecé a sentir con horror que esas historias de la violencia que ustedes relataban en mis años de infancia, no eran cosas del pasado sino del tiempo presente: cuerpos cortados con motosierra o arrojados como alimento a los cocodrilos, asesinos que jugaban fútbol con las cabezas de sus víctimas, hombres, mujeres y niños descuartizados, poblaciones enteras arrasadas, marchas campesinas acribilladas indiscriminadamente ; sindicalistas, estudiantes y líderes populares desaparecidos, guerrilleros desmovilizados asesinados impunemente y centenares de fosas comunes repartidas por todo el territorio colombiano.

Así vi desvanecerse el Partido de la “vida y la esperanza” para convertirse en “el partido de la muerte”: senadores, representantes a la cámara, concejales, alcaldes populares y militantes de base de la UP, fueron exterminados bárbaramente. Tengo en mi mente grabado los nombres de Leonardo Posada, Pedro Nel Jiménez, Teófilo Forero, José Antequera, Pedro Luis Valencia, Bernardo Jaramillo, Miller Chacón, Manuel Cepeda y miles de compañeros más que desaparecieron bajo este huracán de muerte desatado desde las altas esferas del poder. Sin embargo, nadie como la familia Cañón Trujillo encarnó tan trágicamente, el drama de la “guerra sucia”, la desaparición forzada, la tortura y el desplazamiento que padecimos los militantes de la Unión Patriótica en aquellos años: el padre, Julio Cañón, alcalde popular de esta colectividad política en el municipio de Vistahermosa, fue asesinado; dos de sus hijos acribillados (uno de ellos presentado como guerrillero muerto en combate); el tercer hermano desaparecido y, otro más, torturado; mientras que los sobrevivientes – entre ellos Carmen Trujillo, madre cabeza de familia – se vieron forzados a abandonar la región.

El ciclo de exterminio contra la Unión Patriótica alcanzó para mí su punto máximo, cuando un domingo 11 de octubre, cerca de las 4 de la tarde, hace ya 22 años, escuché por radio la terrible noticia del asesinato de mi maestro, amigo y compañero de lucha Jaime Pardo Leal, entonces candidato presidencial de esta organización política. Aquel día no pude contener mi indignación y, como miles de compatriotas salí a las calles de Bogotá a manifestar mi espontánea protesta por el aleve asesinato de nuestro líder popular que un mes antes había denunciado con nombres propios a los altos mandos militares comprometidos con los crímenes de la Unión Patriótica.

Las barricadas en las calles céntricas de la capital, el apedreamiento de las entidades financieras, la quema de buses y el saqueo de los almacenes me recordaron, inevitablemente, las escenas del 9 de abril de 1948, que ustedes habían vivido y que tantas veces repasé en mis lecturas universitarias. Para mi desgracia, esa noche terminé encerrado en un frío y oscuro sótano de la estación de la Policía del Ricaurte, donde fui torturado – y estuve a punto de ser desaparecido – por cuenta de un corpulento hombre al que, supe después, sus compañeros le llamaban “Rambo”, aludiendo a la rudeza del protagonista de esta cinta gringa.

Por un feliz equívoco del centinela de turno, que me confundió con otro de los detenidos, obtuve milagrosamente mi libertad en las horas de la mañana del día siguiente. Consciente de la distracción del guardia que seguramente debió ser duramente sancionado salí tembloroso, con el temor de que se dieran cuenta del error antes de cruzar la puerta que daba a la calle; mis piernas apenas si me respondían y mi corazón parecía explotar. En estas condiciones todavía no me explico cómo llegué hasta la casa, que se encontraba a una hora del sitio donde permanecía detenido.

Recuerdo que ustedes, junto con mis hermanos y hermanas, estaban reunidos en la sala. Papá se hallaba con la oreja pegada al radio, como esperando algún boletín informativo que diera cuenta de mi paradero; mientras que mi mamá junto con mis hermanas, oraba frente a un cuadro del Corazón de Jesús que siempre nos acompañó. Mi aparición en la sala de la casa fue como la imagen de un Cristo recién resucitado entre los muertos, solo que en lugar de lucir una larga túnica blanca, vestía una camisa y un pantalón completamente destrozados. Mi cuerpo estaba lacerado por todas partes, mi cabeza amoratada, mis brazos con profundas escoriaciones y mi ojo izquierdo, convertido en un gelatinoso coágulo de sangre.

De los abrazos, las lágrimas y la alegría del reencuentro, muy pronto se pasó a la rabia e indignación por el maltrato que yo había recibido. Ese mismo día papá redactó un memorial escrito a máquina y dirigido al comandante de la estación Ricaurte. Luego de identificarse como suboficial de las Fuerzas Militares “en uso de buen retiro” se lo entregó a un Mayor que tenía a cargo el comando, no sin antes pronunciarle un largo discurso, donde le recordaba que la función de la policía era defender la integridad de la población civil y no atropellarla; que en sus más de veinte años de servicio jamás había actuado en contra de ella, pese a haber vivido los duros años de la violencia para luego concluir su alegato diciendo: “ahora si entiendo por qué los mata la guerrilla!!”

Con mis hermanos y mi madre pensamos que a Papá lo iban a dejar allí y que terminaría reemplazando mi lugar en el calabozo, pero contrario a ello, el oficial de la policía lo escuchó atentamente y con su silencio pareció darle toda la razón. Cuando Papá regresó a casa – feliz por la catarsis hecha – todos soltamos la respiración que hasta entonces teníamos contenida.

Después de este bárbaro episodio, estuve varios días muerto del pánico, esperando que en una esquina cualquiera apareciera “Rambo”, montado en su moto y dispuesto a concluir su bestial tarea. Por fortuna, esto nunca sucedió y venciendo mis miedos interiores asistí al sepelio de Jaime Pardo Leal y de muchos compañeros más. Sentíamos para entonces – como en aquel famoso tango de Gardel – que era “un soplo la vida”. Así, tal vez sin darnos cuenta, pasó algo terrible, algo que jamás debió suceder: ante lo efímero de la vida nos enamoramos de la certeza de la muerte.

Reíamos, bailábamos, soñábamos y nos acostábamos con ella. Cada día, cada minuto y cada segundo que vivíamos intensamente era un instante que le hurtábamos a la muerte. No hacíamos juramentos de amor, no prometíamos estrellas azules pero estábamos dispuestos a darlo todo, porque la vida no nos pertenecía y en cualquier momento llegaría la bala asesina.

Empezamos entonces a rendirle un culto religioso a Thanathos. Nuestros sueños, nuestras palabras, nuestros silencios, nuestros versos y hasta nuestras consignas estaban impregnadas de un hálito de muerte: “los muertos no se lloran – solíamos gritar en las marchas – se levantan sus banderas y la lucha continúa”… Sin embargo, en secreto llorábamos sus ausencias y lamentábamos la oscura desgracia de estar sin ellos. Uno de nuestros juegos predilectos era relatar cuál sería nuestra última voluntad: “Yo deseo que mi cadáver lo incineren y las cenizas las lancen al rio Magdalena” – decía alguien -; “yo prefiero en cambio que mi cuerpo lo sepulten bajo tierra y sobre él planten un árbol que crezca hasta el infinito” – intervenía otra voz; mi deseo lostrero era que durante mis honras fúnebres cantaran la “canción del elegido”, que iniciaba así: “siempre que se hace una historia, se habla de un viejo, de un niño o de sí; pero mi historia es distinta, no voy a hablarles de un hombre común, haré la historia de un ser de otro mundo, de un animal de galaxia; es una historia que tiene que ver con el curso de la vía láctea. Es una historia enterrada, es sobre un ser de la nada […]. Su letra me recordaba una de mis lecturas preferidas cuando era niño: “El Principito”.

El culto a la muerte lo acompañamos de un total cinismo para encarar la misma:

¿Y el compañero qué medidas ha tomado para hacerle frente a la muerte ? – preguntaba alguien ingenuamente- . “Las del ataúd, por supuesto”, contestaba el aludido, sarcásticamente.

En otra ocasiones cuando alguien comentaba que un amigo nuestro se había convertido en un cuadro político nacional, no faltaba quien anotara con ironía “es cierto, pero si se descuida en poco tiempo se convertirá en un cuadro en la pared “. No le faltaba razón porque las sedes de la UP estaban llenas de cuadros de dirigentes de la UP que fueron asesinados. Con el tiempo estos cuadros se fueron poblando de la imagen borrosa de centenares de amigos y amigas que nos dejaron y de los cuales solo quedó su recuerdo en la mente de aquellos que compartimos sus ideales, sus luchas y sus batallas, y que, pese a ello, sobrevivimos a esa barbarie.

Sí, Yo fui uno de sus sobrevivientes. No me explico ¿cómo? Ni ¿por qué? “las ánimas benditas” diría mi abuela Sofía, las mismas que la resguardaron de los “godos “cuando con ocho meses de embarazo, cargo el cuerpo ensangrentado de su esposo; las mismas que en medio de la chulavitada protegieron la vida de ustedes, unos liberales de cepa; las mismas que las escoltaron cuando tuvieron que abandonar la finca cafetera y radicarse en Bogotá para escapar del terror de “los pájaros”.

Claro, también pagué mi precio, sin embargo nada comparable con la entrega de la vida. En varias ocasiones fui golpeado y torturado por la policía y la última de estas veces – hace más de veinte años – permanecí preso en esta misma cárcel durante dos largos meses, pero la verdad se impuso y el juez declaró mi inocencia. Recuerdo que en esa oportunidad varios universitarios fueron golpeados y detenidos conmigo, y mamá con llanto en los ojos, aunque con un poco de alivio me dijo: “ mijo, gracias a Dios que a usted no le hicieron lo de ese pobre muchacho que lo arrastraron por el suelo, jalándolo del pelo, lo subieron a una camioneta y le rompieron un casco en la cabeza? Como habrá sufrido su angustiada madre!. Yo apenas asentí con mi magullada testa, pero jamás me atreví a contar que “ese pobre muchacho” había sido yo.

Pero toda experiencia por difícil que sea siempre aporta lecciones positivas y, para ustedes, este doloroso episodio les dejó en claro que ya en esos años, liberales y conservadores actuaban con la misma inquina contra la oposición o ¿ acaso este genocidio y persecución contra la Unión Patriótica no estaba ocurriendo bajo el régimen “liberal” de Virgilio Barco que ustedes habían respaldado en las urnas?, con cierta resignación tuvieron que admitir que la política, ya no era como en el pasado, un asunto entre “godos” y “cachiporros” – aliados por el pacto del Frente Nacional- sino como en su momento lo señaló Gaitán: un enfrentamiento del país Nacional contra las oligarquías plutocráticas incrustadas en los dos partidos tradicionales; porque “el hambre no es liberal ni conservadora”. Desde entonces, optaron por apoyar los candidatos de la izquierda. Y dramáticamente la historia parecía repetirse. Así como los gaitanistas que sobrevivieron a la violencia de los años 40, organizaron los primero núcleos de resistencia armada para defender su vida y la de sus familias, muchos sobrevivientes de la Unión Patriótica no tuvieron otra alternativa que enmontarse. Ricardo Palmera, hoy conocido como “Simón Trinidad,” ilustra claramente esta parábola de vida, como lo registra el periodista Jorge Enrique Botero en su libro: “Simón Trinidad. El hombre de Hierro”.

Aunque en ese momento entendí que la guerrilla constituía el único camino que el sistema dejaba para aquellos que mantenían sus ideales de lucha por una sociedad más justa, nunca me atreví a dar semejante paso, aunque siempre miré con respeto y admiración a aquellos que lo hicieron.

Tres motivos tuve para no hacerlo: En primer lugar, papá que toda su vida portó una pistola con salvoconducto, hasta que tuvo que empeñarla para solventar una crisis económica familiar, nos inculcó el respeto por las armas –“ojala nunca tengan que utilizarlas”- nos decía frecuentemente. Coherente con este pensamiento, una noche en que sorprendió robando en la sala de la casa a dos hombres, papá hizo un disparo al aire, como dándole tiempo a que escaparan. Nosotros preguntamos ¿Por qué no los había herido si la ley lo amparaba? “Porque no era necesario – dijiste – es posible que hayan sido vecinos seguramente tendrán hijos bajó su cuidado. Que no merecen quedar huérfanos”. Capté el mensaje inmediatamente, pese a que durante años lamenté que aquellos hombres se hubiesen llevado un tomo de mi Manual de Historia de Colombia.
En segundo lugar, no tomé el camino de la lucha armada, porque mi constitución física siempre fue frágil. Mis amigos decían burlonamente que a mí solo me daban dos gripas en el año y que cada una duraba seis meses. Por eso entiendo su preocupación cuando en las imágenes de mi detención me presentaron esposado y cubierto con un tapabocas. Ustedes como muchos debieron pensar que como venía de México portaba el virus AH1N1. De tenerlo, hubiese muerto irremediablemente porque las autoridades Colombianas en su afán de “legalizar mi captura” se negaron a practicarme una prueba de laboratorio ( en este país se necesita ser Presidente o Ministro para recibir atención médica inmediata).

En tercer lugar nunca pensé ser guerrillero porque desde niño mi pasión eran los libros, no las armas. El dinero que recibía de mis onces y mis tíos lo ahorraba para después invertirlo en libros. Papá decía que cuando grande yo sería “catedrático”, no sabía qué cosa era eso, pero me entusiasmaba la idea de ganarme la vida siendo una enciclopedia ambulante , como los “catedráticos “Abelardo Forero Benavides y Ramón de Zubiría; mamá en cambio me miraba con ojos de admiración y extrañeza: le preocupaba que no saliera a la calle a jugar con los otros niños y que prefiriera quedarme en la terraza leyendo todo el día.

Con el tiempo los viajes, las vivencias en otras ciudades de fuera y dentro del país, y la condición de ser padre enriquecieron mis lecturas. Pero en medio de todas estas experiencias, la pluma y el pensamiento fueron las únicas armas que aprendí a manejar. Convertido en científico social, y comprometido con la verdad, no he dejado de utilizar estas armas para pensar la realidad de este país; para denunciar los crímenes de Estado; para desnudar las alianzas de las elites gobernantes con el narcotráfico; para develar la naturaleza “terrorista” del estado que exterminó a más de cinco mil militantes de la Unión Patriótica y a millares de líderes de la oposición. En una palabra, para descubrir los horrores de este conflicto armado y social que el presidente Uribe quiere negar, a través de su mal llamada “Seguridad Democrática” calificando de “terrorista” la resistencia política y social del pueblo colombiano y la actividad de académicos que queremos investigar esta realidad.

De José Martí aprendí que “trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”, por eso mis únicos campos de batalla han sido las aulas universitarias en las cuales han transcurrido las dos terceras partes de mi vida. En la Universidad Distrital y Nacional y no en la Unión Soviética curse simultáneamente mis estudios de pregrado. Ustedes lo saben mejor que nadie, por los grandes esfuerzos económicos que realizaron para que yo pudiese mantener ese privilegio. Reunir el dinero para los pasajes del bus; comprar las fotocopias (porque los libros era imposible) constituía una lucha del día a día, que pudimos sortear con éxito gracias, también, a la ayuda de mis hermanas mayores que, a diferencia mía, tuvieron que trabajar para pagar sus estudios profesionales.

Jamás estuve en la Unión Soviética ni como estudiante ni como visitante y desafortunadamente ya no podré hacerlo, porque la URSS desapareció hace ya casi dos décadas. Sin embargo, siempre he mantenido una profunda admiración por la Revolución de Octubre, antes que las prácticas estalinistas y burocráticas la pervirtieran. Pero mis preocupaciones por América Latina me llevaron a México, donde pude cursar una maestría gracias a una beca que me otorgó la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) tras una rigurosa selección entre profesionales egresados de las más reconocidas universidades del país.

Al concluir estos estudios opté por seguir con un doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); nunca pagué un peso por concepto de matrícula, porque en México la educación pública es gratuita. Ese fue uno de los grandes logros de la revolución mexicana que el próximo año conmemora su primer centenario.

Pese a estos beneficios, fueron tiempos difíciles, mi hijo, Ernesto, estaba de brazos, pero con su madre sobrevivíamos a punta de tortilla y de los escasos subsidios que aún mantenía el Estado mexicano. Por eso, aunque hoy el gobierno de Felipe Calderón (cuya elección estuvo signada por el fraude electoral) haya echado por la borda, con mi deportación, una larga tradición diplomática de independencia y solidaridad con la lucha de los pueblos latinoamericanos, mantengo mi sentido de gratitud con mis hermanos Mexicanos, de ellos siempre he recibido solidaridad y hospitalidad.

En la UNAM tuve la oportunidad no solo de obtener un Doctorado – cuya tesis recibió mención honorífica - sino de conocer centenares de investigadores comprometidos con un proyecto de sociedad más justa y equitativa, y que enriquecieron mi perspectiva latinoamericana. Algunos como René Zavaleta Mercado, Ruy Mauro Marini, Sergio Bagú y Agustín Cueva, ya no están con nosotros; otros siguen activos y han sido para mí un ejemplo de militancia con la verdad y el pensamiento crítico.

Por eso cuando el Centro de Estudios Latinoamericanos, (CELA), espacio por excelencia de esta producción académica crítica, me brindó la posibilidad de realizar una estancia postdoctoral, no dudé en aceptar la invitación y a través de la Universidad tramité una comisión de estudios. Claro, también hubo otros factores que precipitaron mi decisión: desde hacía varios meses estaba siendo víctima de persecuciones y hostigamientos por parte de los organismos de seguridad del Estado. De ningún modo quise que ustedes se enteraran de esta situación. No quería generarles más preocupaciones. Tampoco se lo dije a mis estudiantes y solo conversé acerca de mi situación con un par de colegas que me brindaron su total apoyo. Por eso mi viaje fue repentino y discreto a la vez.

En el momento en el que fui arbitrariamente privado de la libertad por las autoridades migratorias mexicanas, me encontraba concluyendo esta estancia postdoctoral. No estaba reclutando milicianos ni organizando células terroristas. Es posible que los gobiernos de Felipe Calderón y Álvaro Uribe, consideren que formar una conciencia crítica y adelantar investigaciones sobre la historia política de México y Colombia sea una “actividad terrorista”. Desde el 11 de septiembre los sectores de ultraderecha han recurrido al pretexto del “terrorismo” para perseguir no solo a los movimientos de oposición sino también a los intelectuales críticos.

Mi vida ha estado estrechamente ligada a la actividad académica en la universidad pública, desde hace tres décadas, cuando me vinculé a ella, primero como estudiante y posteriormente como docente: La Universidad Distrital, La Universidad de Cundinamarca, La Universidad del Cauca, La Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional pueden dar fe de ello. Por eso puedo decir que la persecución de la que hoy soy víctima no solo una persecución contra mí sino contra la universidad pública en su conjunto.
Querido padres, traicionaría vuestro legado y el de mis maestros - entre ellos el de Jaime Pardo Leal, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna – si ante las amenazas de un fiscal, que promete confinarme más de 40 años en esta cárcel, por los delitos de “concierto para delinquir con fines terroristas”, “rebelión” y “financiamiento de grupos terroristas”, me retractara de las ideas de justicia que he defendido en mis cátedras, en los diferentes foros públicos y en mis escritos.

Traicionaría también a mis estudiantes, a mis amigos (as)y al pueblo colombiano, si claudico ante las presiones de un gobierno narcoparamilitar. Sé que millares de manos se han unido para defender la libertad de pensamiento, se que miles de voces se han juntado para lanzar un grito de justicia; se que más temprano que tarde, los cambios que reclama este país se abrirán camino, y los opresores de hoy estarán mañana arrodillados implorando clemencia ante el tribunal de la historia.

Queridos padres, solo quisiera que la vida les regalara unos años más de existencia para ver florecer en nuestro territorio, una nueva Colombia, donde los niños no tengan que llorar la ausencia de sus padres muertos en la guerra; donde el campesino tenga un pedazo de tierra y ayuda técnica para trabajarla; donde la educación, la salud y la vivienda sean un derecho prioritario y no el privilegio de unos pocos; donde los que ejercemos el pensamiento crítico no seamos tratados como terroristas.

Mis queridos viejos, pueden sentirse felices de que su hijo esté hoy sentado en el estrado de los acusados no por asesino y corrupto, sino por defender los ideales de justicia y libertad que ustedes me inculcaron de niño y que llevo en mi corazón como el más preciado tesoro que me ha regalado la vida. Por eso, si este tribunal que hoy me juzga me llegase a condenar, asumiré con firmeza y dignidad su fallo, porque me anima la convicción de miles de hombres y mujeres que soñamos con “otra Colombia posible”.









Abrazos fraternales, su hijo
MIGUEL ANGEL BELTRAN VILLEGAS
Cárcel Nacional “Modelo”, Pabellón de alta seguridad

martes, 3 de noviembre de 2009

UNIVERSIDAD PÚBLICA AMENAZADA


Desde hace semanas, el movimiento estudiantil universitario se ha reactivado, las razones son las siguientes:

1. El pasivo pensional y la concurrencia: Tras la aprobación de la ley 100 de 1993, los beneficios pensionales para los profesores y trabajadores de la universidad se vieron recortados por razones de presupuesto a partir de la fecha. Pero, además de recortar los beneficios, el Estado ha venido exigiendo que la Universidad tenga que sacar de su bolsillo para pagar un porcentaje de los beneficios pensionales anteriores a 1993. El monto total del pasivo pensional, para el 2007, era de 2 billones de pesos. Si consideramos el monto total del pasivo pensional, el porcentaje que llegara a pagar la universidad sería desastroso, por más mínimo que sea dicho porcentaje. Por eso exigimos que el Estado se haga responsable de las pensiones, porque nos parece injusto que les hayan descontado del sueldo a los trabajadores y profesores con fines de ahorro para pensión, para que ahora les estén cobrando de nuevo.


2. Presupuesto congelado desde 1993: Con la aprobación con la ley 30 de 1992 se establece que el presupuesto de las universidades aumentará según el índice de precios al consumidor. Esto en apariencia es bueno. Pero el problema de la ley es que aumenta el presupuesto según lo que la universidad tenía en 1993, desconociendo que ahora hay nuevos profesores, más laboratorios, más estudiantes, más postrados, y una nueva sede. Por eso la universidad, ha hecho mucho más, con menos plata. Por esta razón, la situación de la universidad se ha vuelto inviable.


La situación de la crisis financiera de las universidades no es solo discurso ni exageraciones de los y las estudiantes, es una realidad reconocida incluso por las directivas de la Universidad Nacional. Beatriz Sánchez, vicerrectora general ha manifestado que “si las cosas siguen así, en 2011 la universidad será inviable y empezarían a cerrarse programas”. Además de esto, estudios de profesores de la Universidad, han reconocido que para el funcionamiento de las universidades del país para el 2010 el Estado debe desembolsar aproximadamente 605.000 millones de pesos. Por eso, los 160.000 millones de pesos aprobados por el congreso el martes de la semana pasada son insuficientes, teniendo en cuenta que ni siquiera van directamente al funcionamiento de las universidades, sino que van para el ICFES y para el ICETEX.


Exigimos que el Estado desembolse el dinero correspondiente para el mantenimiento de las universidades. Aunque parezca mucho dinero, en realidad no es tanto, teniendo en cuenta que el gobierno gastó en el 2008, el 6.5% de toda la plata que hay en el país, es decir, del producto interno bruto, en la guerra (22.21 billones de pesos. Esto equivale a 37 veces de lo que necesita la universidad pública para sobrevivir (!!!).


No es falta de plata sino de voluntad política. ¿Por qué cuando se iban a arruinar los bancos impusieron el 3 por mil para salvarlos, y ahora no hacen nada por las universidades? Debemos exigir que del 4 por mil que ahora todos los colombianos pagan a los bancos y a la guerra, haya un 1 por mil para financiar la educación pública de calidad para todas y todos los colombianos.

Encuentra más info en www.redrevuelta.org

martes, 20 de octubre de 2009

CONCENTRACIÓN EN MANIZALES

GRAN BAILATON/MITIN CALLE 13 SI O SI EN MANIZALES

FECHA VIERNES 27 DE NOVIEMBRE
LUGAR ALCALDIA DE MANIZALES
HORA 3PM

PROPUESTA LLEVAR GRABADORAS Y BAILAR CALLE 13 EN LA ALCALDIA
TAMBIEN LA MISMA CAMISA DE RENÉ

ROTAR INFO!!!

Este alcalde está muy loco, hey hey hey, pero en Manizales no todos somos tan locos, hey hey hey!!!

URIBE PARA BASES MILITARES!!

El alcalde de Manizales, Juan Manuel Llano, vetó la presencia de Calle 13 en Manizales, cancelando el concierto de esta banda en nuestra ciudad, la razón es que René, vocalista de la banda, en los premios MTV llevaba una camisa donde hacia alución a las bases militares, y a su vez a que Uribe es paramilitar.

Este servil uribista, dice que por defensa de la dignidad del país y de la gente de bien, no permitirá que este grupo cante en la ciudad. Coartando nuestra libertad, y la libre expresión de los artistas.

VETAN A CALLE 13 EN MANIZALES


Calle 13 se atrevió y ahora se defiende

El mensaje de la agrupación puertorriqueña, estampado en una camiseta, causó revuelo en el Gobierno Nacional y tuvo eco en Manizales. Los artistas dijeron que todo fue un juego de palabras. Aún así, no podrán tocar en esta ciudad, por decisión del Alcalde. Revuelos.

Redacción/LA PATRIA*

Manizales


"Según su comunicado, yo insulté a su presidente con el texto de mi camiseta. En esa camisa existe un juego de palabras y tiene una doble lectura. Uno lee lo que quiere. Por lo menos yo leo claramente 'Uribe Para Bases Militares'", dijo en una carta abierta a la Cancillería Colombiana, el artista puertorriqueño René Pérez, de la agrupación Calle 13.

Uribe, para, militar y bases, son las palabras de la frase de la discordia. Las cuatro estaban estampadas en una camiseta que este cantante lució en los Premios MTV Latinoamérica del pasado fin de semana. Esto causó revuelo entre el Gobierno Colombiano, pues interpretaron que la frase era “Uribe paramilitar”.

Aparte del comunicado que emitió el pasado sábado la cancillería colombiana para expresar su indignación por este mensaje tildándolo de ofensivo y calumnioso, en Manizales el alcalde Juan Manuel Llano reaccionó vetando a la agrupación en la ciudad (ver recuadro).

Aun así, Pérez explicó que los mensajes de las prendas los concibieron ciudadanos de los países a los que hacían referencia en la página web de Twitter. Por ejemplo, la que hicieron en Venezuela y que el artista lució, decía “Chávez, nominado a los MTV mejor artista pop”.


Defensa

"Mi lucha no es contra el presidente sino contra todo lo que promueva la guerra como lo son las bases militares. Como puertorriqueño yo he vivido esto en carne y hueso, y no me gustaría que su país pasara por lo que pasa el mío".

También expresó que el presidente de Colombia no es Colombia, porque el país es mucho más que un presidente y que la censura no debe ser de parte del Gobierno, pues la manera más válida y legítima de censurarle sería no ir a verle en sus conciertos.

"No puede ser que en este siglo todavía existan personas sin la habilidad para entender el derecho que tenemos los artistas de expresar lo que sentimos a todos los niveles", reflexionó Pérez.


*Con información de la Agencia EFE.

Sobre el veto en Manizales

El Alcalde de Manizales, Juan Manuel Llano Uribe, habló con LA PATRIA sobre su decisión de vetar a Calle 13 para cualquier presentación en la capital de Caldas.


- ¿Qué leyó en la camiseta de Calle 13?

Un insulto al presidente Uribe. Decía Uribe Paraco. Es un insulto al país en cabeza de nuestro Presidente.


- ¿Por qué tomó la determinación de vetar a este artista en la ciudad?

No es ni siquiera una propuesta. No puede venir a Manizales a tocar en ningún escenario. Es nuestra forma de darle una respuesta a la gente indeseable que nos hace quedar mal ante el mundo, que utiliza los escenarios que no le corresponden, como MTV, para darse el brillo que no se merece, mancillando el nombre de nuestro presidente.


- Varias personas, incluido el artista, argumentaron que lo que realmente decía la camiseta era “Uribe para bases militares”, ¿cree usted en esta versión?

Yo la vi y decía “Uribe Paramilitar”. No distorsiono nada. Igual es una intromisión indebida de un artista en los asuntos de un país, de un artista que no tiene por qué hacerlo, en un escenario que no es de él. Solo para hacerse la vitrina y hacernos quedar mal ante el mundo. Lo que me interesa es que a Manizales no venga.


- Este incidente que se dio en un contexto musical, y hay gente que dice que no se justifica una decisión política al respecto ¿qué cree usted?

No la oí y yo creo que todo el mundo tiene que respetar sus espacios. Necesitamos que nos respeten el país porque todos los días el que le da la gana le tira al país y nosotros nos tenemos que quedar callados. Aquí tenemos una forma de protestar y es no recibiéndolos.


- Usted es el único alcalde en el país que se pronunció sobre el incidente con Calle 13, ¿qué reflexiona sobre esto?

No tengo nada que opinar. Tengo el carácter y la opción de hacerlo.


- ¿Se retractaría de su decisión?

Mientras yo sea Alcalde, no tocarán en Manizales. Nadie sale a defender el país cada que cualquier vagabundo suelta cualquier cantidad de improperios a todos nosotros. Eso nos está afectando. Nadie sabe el sacrificio del que pone la cuota de sangre, que está ganando confianza e inversionistas en el mundo. Ese es un mensaje negativo y más aún porque viene de una persona que no tiene ninguna atribución para hacerlo.

NUEVA EMISORA CONTRACULTURAL

La gente de RASH Manizales, abre un nuevo espacio para la contrainformación y la buena música.

La dirección de esta emisora es:

http://redcontrainforma.listen2myradio.com/

Pronto mejoras en la programación.

lunes, 12 de octubre de 2009

CAMINANDO LA PALABRA

tomado de http://www.cric-colombia.org

La Minga de Resistencia Civil y Comunitaria, avanza el camino de la palabra hacia la ciudad de Cali...
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Con banderas de vivos colores, tambores, flautas, consignas, mensajes y el entusiasmo característico de la gente, empezó a Caminar la Palabra la Minga en el suroccidente colombiano. Marchamos con entusiasmo, rememoramos la historia y los cuidos en la lucha, Edwin Legarda, Raúl Mendoza, Anatolio Quira, Cristóbal Secue, Lorenzo Largo, Pedro Mauricio, Belisario Camayo, Robert de Jesús Guacheta no se quedaron en casa, aunque no están en vida, también march aron con nosotros, en toda la jornada la multitud los recordó pues nuestros muertos nunca mueren, están entre nosotros, la Minga también es de ellos.

Descansaremos en Villa Rica esta noche, mañana partimos con rumbo a la localidad de Jamundi en el departamento del Valle, a las 8:00 a.m, será la partida informan las autoridades y los coordinadores de las organizaciones sociales, son las 7:00 a.m y la gente acompañada con la lluvia sigue llegando a Villa Rica, mientras los mingueros y mingueras provenientes del Choco y Quindío marchan para concentrase en Buga la Grande a esperar a la gente que viene del Tolima y Huila que después de concentrarse en Cajamarca partirán a la ciudad de Cali. Mañana será un gran día, la Minga crece, Jamundi, Cali y su gente ya esperan a la Minga de los pueblos, la palabra que camina, la palabra que se hace pueblo.

Con banderas de vivos colores, tambores, flautas, consignas, mensajes y el entusiasmo característico de la gente, empezó a Caminar la Palabra la Minga en el suroccidente colombiano. Inicialmente la Minga arranco de la María en caravana de chivas, camperos y motocicletas hasta el área urbana de Santander de Quilichao donde nos reunimos con el resto de mingueros y mingueras provenientes de varias comunidades de la región para partir en caminata con rumbo a la localidad de Villa Rica, primera parada de los pueblos.

La jornada transcurrió normal, la seguridad como siempre estuvo a cargo de la guardia indígena, las consignas animaban a la gente, los palabrareros micrófono en mano informaban a la gente a la multitud sobre los objetivos del pre-congreso en el marco la Minga a realizarse en Cali, “ vamos a construir país, el país de los pueblos” enfatiza el palabrero, el calor aumentaba pero los ánimos se mantenían, “vamos a continuar caminando la palabra”, decía una minguera a los medios de comunicación, llegando a Villa Rica la Madre Naturaleza nos recibió con sus caricias, calmaba el sofoco, refrescaba la jornada, y llegamos a Villa Rica al calor de vivas, saludos, cantos y alegrías de los hermanos afros de esta localidad.

La agenda de la Minga está clara, los cinco puntos marcan el rumbo de la discusión: Guerra, paz y derechos humanos, Soberanía, tierra y territorio, Legislación del despojo, acuerdos incumplidos y Agenda de los pueblos caminaran en las Tulpas de Cali, Bogotá y Cartagena. Agenda de paz, legislación del despojo, victimas y desplazados abrirán la discusión en el pre-congreso, así mismo los demás puntos que los mingueros y mingueras definan fortalecerán la agenda del Minga.

El país de los pueblos nos espera, a caminar la palabra de la Minga se dijo, a unir la agenda de los pueblos, a tejer con latinoamericana y el mundo para que la resistencia se globalice es la consigna. Porque la minga es plural y abre su agenda a todos los sectores sociales y populares del país.

MINGA DE RESISTENCIA SOCIAL Y COMUNITARIA

Octubre 11 de 2009.

martes, 6 de octubre de 2009

EL CHE COMO MITO




El Che Guevara, el guerrillero heroico marxista, ¿ha sido convertido ya en mito en su aniversario?

Por Pedro Echeverría V./Colaborador ABP México



1. ¿Quién no ha oído hablar de Ernesto”Che” Guevara si está en mantas, carteles, llaveros, playeras, en la TV, en el cine y hasta gravado en la carne de muchos jóvenes? Guevara de la Serna fue argentino, aunque en los hechos internacionalista; fue un hombre de enorme personalidad que conoció a Fidel Castro en la ciudad de México en 1956, que se enroló a una aventura guerrillera para liberar a Cuba, que dirigió uno de los tres principales frentes y tomó Santa Clara, que ocupó los cargos de Reforma Agraria, del Ministerio de Industrias, de director del Banco de Cuba, que luego renunció para “hacer la revolución en otros lugares” y que fue asesinado el 8 de octubre de 1967, ese personaje que fue vitoreado por los jóvenes de los movimientos estudiantiles en el mundo por sus consignas del “hombre nuevo” y “hacer 2, 3 más Vietnam”, ahora parece haberse convertido en un mito, en un personaje del que todo mundo habla sin saber mucho de él; muchas veces silenciándolo y otras tergiversándolo.

2. Lo más notable del pensamiento guevarista fue esta idea del hombre nuevo que parecía diferenciarse del llamado socialismo soviético que se había enfrascado en un programa de “competencia económica y coexistía pacífica” con los EEUU, programa que fue denunciado por el Partido Comunista Chino como “socialimperialismo”. En una polémica que tuvo el Che con el viejo burócrata “comunista” Blas Roca en el que éste planteaba estímulos materiales (regalo de bicicletas) para impulsar la producción; el Che respondió que lo que debía impulsarse son los estímulos morales (el hombre nuevo socialista) . Más tarde, en 1965, en un discurso en Argelia denunció que los soviéticos estaban aprovechándose de un injusto comercio internacional que obligaba a los pueblos pobres a adaptarse y tener que competir con los precios establecido por países ricos que producían con mucha mayor ventaja (tecnología) que
los países pobres. Pareció que Guevara en la propia Cuba había perdido la batalla frente a la burocracia.



3. ¿Qué significó para Guevara su frase de “construir dos, tres, muchos Vietnam” sino trasformar cualquier guerra imperialista en Revolución de los trabajadores tal como Lenin planteó en sus famosas “Tesis de abril” de 1917 llamando a pueblo ruso? ¿No es a caso un reconocimiento que una revolución aislada como fue la rusa o la cubana nada podría hacer rodeada por un cerco capitalista o imperialista, tal como plantearon Marx en su revolución ininterrumpida y Trotski en su revolución permanente? Los discursos que pronunció en Cuba, en la ONU, en Argel, así como su polémica con Roca y su salida de Cuba “para luchar en otros rincones que reclamaban su presencia” fueron muy significativos. ¿Alguien de aquellos tiempos puede negar que durante meses se desataron interesantes polémicas sobre si Guevara había perdido la batalla ideológica en Cuba porque los intereses soviéticos pesaban más en la isla? ¿No se recuerda que el mismo Fidel intervino en la tribuna para hacer aclaraciones al respecto?

4 Quizá no haya existido un jefe revolucionario tan popular en el mundo: más que Fidel Castro, Bolívar, Ho Chiminh, Garibaldi, Sandino,Villa o Zapata. ¿Por qué Guevara fue convertido en mito, mucho más grande que otros que también pusieron su vida al servicio del pueblo y también fueron consecuentes con lo que predicaron? Lo que más llamó la atención del comportamiento revolucionario del Che fue una especie de “aventurerismo” demostrado desde sus años más juveniles al viajar a través de varios países por el sólo ideal de conocer y saber; pero lo determinante, lo trascendente, es que lucha con las armas en la mano por una revolución en Cuba –que no es su país de nacimiento- luego ocupa tres o cuatro cargos de los más importantes y por último se lanza a otro país distinto con el objetivo de encabezar otra revolución campesina. Bolívar, San Martín tuvieron acciones parecidas, pero las del Che fueron más nítidas; pero, sobre todo, se dan en los años y momentos justos.



5. Muchas veces la forma, el momento y el lugar de morir dan una idea diferente de la persona. El 95 por ciento de las personas que mueren sin haber sido consagrados políticos, artistas, deportistas , empresarios, mueren al parecer “sin hacer o tener presencia en la historia nacional”, aunque entre sus familiares y amigos hayan sido las personas más solidarias y honestas. Pero si se muere en los momentos en que se es figura descollante, sobre todo si defendiendo su ideal es atravesado por una bala o se muere en accidente aéreo, la figura resalta, se agranda y rompe límites. El Che muere en 1967, en la década más idealista, en medio de las protestas mundiales contra la guerra de Vietnam; cuando la lucha de los negros de EEUU está en su grado más alto; cuando los Beatles y los Stone han alcanzado la cima; pero sobre todo cuando la radio y la televisión han logrado importante desarrollo. Pero sobre todo, muere seis meses antes de las grandes protestas mundiales juveniles.

6. Los políticos muertos más famosos en los EEUU eran en su momento grandes figuras; John F. Kennedy, Robert Kennedy, Luther King, fueron atravesados por las balas asesinas en la década de los sesenta y ese hecho les dio mayor presencia. También Lincoln murió en condiciones parecidas. Los expresidentes o los políticos que han muerto en un hospital o en su casa, tuvieron muertes sin estridencia. En México Juárez falleció siendo presidente reelecto tres veces, Díaz falleció después de ser reelecto siete veces; Madero, que encabezó la primera etapa de la revolución y luego comenzó a traicionarla, recuperó su prestigio al ser asesinado; Carranza, quien encabezó la segunda etapa de la revolución y fue el primer presidente constitucional, comenzó a traicionarla luego y también fue asesinado pero por oposicionistas en nombre de la Revolución; Obregón, quien fue dirigente populista de la Revolución también fue asesinado por reelegirse. México, record de asesinatos,

7. Los homenajes y más homenajes al Che son merecidos, pero sólo con la condición de que se analice y se discuta su pensamiento filosófico y su actuación política. A nadie presta importante servicio hacer apología, llenar de halagos a personajes despojándolos de su esencia como ser humano. Marx, Engels, Lenin, Trotski, Stalin, Mao o Gramsci no fueron dioses o héroes que estén más allá de nuestro universo; como tampoco lo son Fidel Castro, el Che, Chávez o Evo. Todos ellos jugaron su papel como estudiosos o dirigentes, como individuos en la historia, según Plejanov, de acuerdo a las circunstancias. Atribuirles más –como dirían por aquí, es mucho- los convierte en una especie de mito muy divorciado del pensamiento racional. Dejemos que los muertos entierren a sus muertos y construyamos un mundo lejano a las ideas llenas de cadaverina. Las ideas del Che están llenando los aires y cada quien puede hacerse de ellas para construir un hombre p una mujer nuevos divorciados de los prejuicios ideológicos.

pedroe@cablered.net.mx

domingo, 13 de septiembre de 2009

36 años de la muerte del Compañero Presidente


Poema de Benedetti:
"ALLENDE"

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Mario Benedetti

miércoles, 9 de septiembre de 2009

LAS GRIETAS DE LA (¿POST?) MODERNIDAD

Próximo a ser publicado en LA GOTERA, Semanario Estudiantil de la Universidad de Caldas

El ojo del Gran Hermano orwelliano, se cansa a veces de vigilarlo todo, su mirada penetrante falla, la Matrix tiene errores micro-decimales…Es allí en esas grietas de las Urdimbres del orden, de los dispositivos que disponen de la vida, donde resisten las comunidades parias de la modernidad.

Son esas resistencias que venimos construyendo en Manizales, desde lo urbano, desde la oscuridad y complicidad de las calles, las comunidades parias de nuestra propia modernidad. Podrá decirse cualquier cosa, ponérsele el rótulo que mejor quede en los medios: Subculturas urbanas, Tribus, contraculturas, etc. Para nosotrxs, son maneras de escape, excusas para emanciparnos, son el último pantano verde de la selva de cemento.

Transgredir y transgredirnos, borrar viejas y estereotipadores maneras de la resistencia. Abandonamos a Silvio Rodríguez, la mochila y el pelo largo, las organizaciones de partidos, adoptamos nuevas maneras y a su vez las adaptamos a nuestra óptica. De-construimos lo heredado, ya no rezamos, ni votamos, ni respetamos a nadie…somos a nuestra manera, asumimos el odio de los demás y lo devolvemos.

Existen los traidores, los corderos arrepentidos como diría La Pestilencia, pero ahí vamos algunos, no muchos que es lo mejor de todo. Somos a veces incoherentes, lo aceptamos, pero seguimos a pesar de todo caminando con nuestras botas a contracorriente. Esta es solo una presentación de los Redskins, Skinheads y algunos punks, que vienen construyendo hace casi dos años R. A. S. H Manizales (Skin Heads Rojos y Anarquistas).

La idea no es hacer propaganda de la organización, sino señalar a través de este espacio, una propuesta de ser en la ciudad, una forma de resistir desde lo urbano, una lectura contemporánea de escape en la sociedad del miedo. Nuestro llamado es a habitar las calles, resistir desde ellas, ignorando panfletos y prohibiciones.

Espartaco Redskin

Visita: www.rashejecafetero.blogspot.com

jueves, 3 de septiembre de 2009

JÓVENES, PRINCIPALES VÍCTIMAS DE LA VIOLECIA EN MEDELLÍN


Hace tres días, el pasado lunes 24 de agosto, los habitantes del barrio Eduardo Santos, de la Comuna 13 de Medellín, presenciaron el asesinato de uno de sus jóvenes líderes culturales: Héctor Enrique Pacheco.Colacho, como solían llamarlo sus amigos, tenía apenas 20 años de edad y unos ocho dedicado a participar en procesos de creación artística y sociocultural como parte de la Red Cultural Elite Hip Hop y del grupo C15, donde participó en la producción de un disco llamado De Eskina a Eskina, en el año 2008, y con quienes planeaba su próximo trabajo Almas en Guerra. Hoy nuevamente las organizaciones sociales, los grupos juveniles y artísticos de la Comuna 13 expresan su preocupación por la creciente violencia en la ciudad de Medellín, y “manifestamos y exigimos que el respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos humanos deben prevalecer sobre todos los intereses, y la violencia no puede seguir arrebatando la vida de las y los jóvenes”.



Si bien esta situación es trágica y dolorosa, se ha vuelto habitual tanto en la Comuna 13 como en los demás barrios de la ciudad, donde sólo en los primeros siete meses del año que transcurre fue superada la cifra de homicidios del 2008, llegando a un promedio de siete asesinatos por día.Los más afectados han sido jóvenes, niños y niñas. Pese a la ausencia de datos concretos, en los últimos días las noticias han ido del cuerpo abaleado de un joven a la salida del colegio, al de otro tomado por sorpresa en algún resquicio de su barrio o al de un niño víctima de una bala perdida en los enfrentamientos de lo que la Fuerza Pública se ha dado en llamar “bandas emergentes”. Y de amenazas ni qué decir.


Hace apenas una semana la rectora del colegio Creadores del Futuro, de la Comuna 13, decía que 25 alumnos están amenazados. Otros afirman que la cifra llega a 73. El viejo y reciente caso de la Comuna 13En el caso concreto de la Comuna 13, que tantos cuestionamientos ha dejado abiertos por las violaciones contra los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario durante y después de los operativos militares que allí se ejecutaron en el año 2002; tan sólo a un año de la Operación Orión, organizaciones de Derechos Humanos y eclesiales denunciaron la situación de vulnerabilidad y riesgo en que se encontraban los jóvenes, niños y niñas de los barrios de este sector de la ciudad.

Artículo completo en: http://www.cjlibertad.org/index.php?option=com_content&view=article&id=252:jovenes-principales-victimas-de-la-violecnia-en-medellin-&catid=36:area-metropolitana&Itemid=72




MEDELLÍN RECHAZA, POR VIOLAR LOS DERECHOS HUMANOS, LA DECLARATORIA DE TOQUE DE QUEDA Y LA CRECIENTE MILITARIZACIÓN DE LA CIUDAD

COMITÉ MUNICIPAL DE DERECHOS HUMANOSPRONUNCIAMIENTO PÚBLICOAgosto 21 de 2009Las organizaciones abajo firmantes, integrantes del Comité Municipal de Derechos Humanos de Medellín, manifestamos a la opinión pública lo siguiente:


1. Desde hace varios meses, organizaciones sociales y de derechos humanos hemos advertido sobre la presencia masiva en Medellín de grupos armados que ejercen prácticas de control territorial y poblacional de carácter paramilitar sometiendo a los habitantes a diversas expresiones de violencia, sin una reacción adecuada de las autoridades. Ante estas denuncias, la Administración Municipal ha mostrado una actitud de desprecio, indiferencia y estigmatización, señalando en no pocas ocasiones la presunta intención de estas denuncias de hacerle daño a la imagen de la ciudad. Ahora, al fin reconocen que la situación es muy grave, pero toman las medidas equivocadas.


2. Rechazamos las medidas militaristas, restrictivas de libertades ciudadanas, como el centro de la acción contra la delincuencia y el paramilitarismo que actúan en Medellín, no sólo porque han demostrado en ocasiones anteriores ser inútiles, sino porque hacen parte de un enfoque que presume que la forma cómo se resuelven los problemas de violencia es con más violencia. Ya la ciudad conoce el ¨milagro de paz urbano¨ que representó la Operación Orión realizada en octubre del 2002, lo que significó centenares de personas asesinadas, desaparecidas forzadamente, desplazadas de sus viviendas, torturadas, y el posicionamiento hegemónico de los paramilitares como fuerza de control en la comuna 13 con el apoyo de los organismos del Estado.


Artículo completo en: http://cjlibertad.org/index.php?option=com_content&view=article&id=250:el-comite-municipal-de-derechos-humanos-de-medellin-rechaza-por-violar-los-derechos-humanos-la-declaratoria-de-toque-de-queda-y-la-creciente-militarizacion-de-la-ciudad&catid=45:comite-municipal-de-ddhh&Itemid=28

sábado, 15 de agosto de 2009

Las bases yankis y la soberanía latinoamericana


imagen tomada de Semana

Reflexiones del compañero Fidel

(Tomado de Cubadebate)

El concepto de nación surgió de la suma de elementos comunes como la historia, lenguaje, cultura, costumbres, leyes, instituciones y otros elementos relacionados con la vida material y espiritual de las comunidades humanas.

Los pueblos de la América, por cuya libertad Bolívar realizó las grandes hazañas que lo convirtieron en El Libertador de pueblos, fueron llamados por él a crear, como dijo: “la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.

Antonio José de Sucre libró en Ayacucho la última batalla contra el imperio que había convertido gran parte de este continente en propiedad real de la corona de España durante más de 300 años.

Es la misma América que decenas de años más tarde, y cuando ya había sido cercenada en parte por el naciente imperio yanki, Martí llamó Nuestra América.

Hay que recordar una vez más que, antes de caer en combate por la independencia de Cuba, último bastión de la colonia española en América, el 19 de mayo de 1895, horas antes de su muerte, José Martí escribió proféticamente que todo lo que había hecho y haría era para “…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

En Estados Unidos, donde las 13 colonias recién liberadas no tardaron en extenderse desordenadamente hacia el Oeste en busca de tierra y oro, exterminando indígenas hasta que arribaron a las costas del Pacífico, competían los Estados agrícolas esclavistas del Sur con los Estados industriales del Norte que explotaban el trabajo asalariado, tratando de crear otros Estados para defender sus intereses económicos.

En 1848 arrebataron a México más del 50 por ciento de su territorio, en una guerra de conquista contra el país, militarmente débil, que los llevó a ocupar la capital e imponerle humillantes condiciones de paz. En el territorio arrebatado estaban las grandes reservas de petróleo y gas que más tarde suministrarían a Estados Unidos durante más de un siglo y lo siguen en parte suministrando.

El filibustero yanki William Walker, estimulado por “el destino manifiesto” que proclamó su país, desembarcó en Nicaragua en el año 1855 y se autoproclamó Presidente, hasta que fue expulsado por los nicaragüenses y otros patriotas centroamericanos en 1856.

Nuestro Héroe Nacional vio cómo el destino de los países latinoamericanos era destrozado por el naciente imperio de Estados Unidos.

Después de la muerte en combate de Martí se produjo la intervención militar en Cuba, cuando ya el ejército español estaba derrotado.

La Enmienda Platt, que concedía al poderoso país derecho a intervenir en la Isla, fue impuesta a Cuba.

La ocupación de Puerto Rico, que ha durado ya 111 años y hoy constituye el llamado “Estado Libre Asociado”, que no es Estado ni es libre, fue otra de las consecuencias de aquella intervención.

Las peores cosas para América Latina estaban por venir, confirmando las geniales premoniciones de Martí. Ya el creciente imperio había decidido que el canal que uniría los dos océanos sería por Panamá y no por Nicaragua. El istmo de Panamá, la Corinto soñada por Bolívar como capital de la más grande República del mundo concebida por él, sería propiedad yanki.

Aun así, las peores consecuencias estaban por venir a lo largo del Siglo XX. Con el apoyo de las oligarquías políticas nacionales, los Estados Unidos se adueñaron después de los recursos y de la economía de los países latinoamericanos; las intervenciones se multiplicaron; las fuerzas militares y policiales cayeron bajo su égida. Las empresas transnacionales yankis se apoderaron de las producciones y servicios fundamentales, los bancos, las compañías de seguros, el comercio exterior, los ferrocarriles, barcos, almacenes, los servicios eléctricos, los telefónicos y otros, en mayor o menor grado pasaron a sus manos.

Es cierto que la profundidad de la desigualdad social hizo estallar la Revolución Mexicana en la segunda década del Siglo XX, que se convirtió en fuente de inspiración para otros países. La revolución hizo avanzar a México en muchas áreas. Pero el mismo imperio que ayer devoró gran parte de su territorio, hoy devora importantes recursos naturales que le restan, la fuerza de trabajo barata y hasta lo hace derramar su propia sangre.

El TLCAN es el más brutal acuerdo económico impuesto a un país en desarrollo. En aras de la brevedad, baste señalar que el Gobierno de Estados Unidos acaba de afirmar textualmente: “En momentos en que México ha sufrido un doble golpe, no solo por la caída de su economía sino también por los efectos del virus A H1N1, probablemente queremos tener la economía más estabilizada antes de tener una larga discusión sobre nuevas negociaciones comerciales.” Por supuesto que no se dice una sola palabra de que, como consecuencia de la guerra desatada por el tráfico de drogas, en la que México emplea 36 mil soldados, casi cuatro mil mexicanos han muerto en el 2009. El fenómeno se repite en mayor o menor grado en el resto de América Latina. La droga no solo engendra problemas graves de salud, engendra la violencia que desgarra a México y a la América Latina como consecuencia del mercado insaciable de Estados Unidos, fuente inagotable de las divisas con que se fomenta la producción de cocaína y heroína, y es el país de donde se abastecen las armas que se emplean en esa feroz y no publicitada guerra.

Los que mueren desde el Río Grande hasta los confines de Suramérica son latinoamericanos. De este modo, la violencia general bate récord de muertes y las víctimas sobrepasan la cifra de 100 mil por año en América Latina, engendradas fundamentalmente por las drogas y la pobreza.

El imperio no libra la lucha contra las drogas dentro de sus fronteras; la libra en los territorios latinoamericanos.

En nuestro país no se cultivan la coca ni la amapola. Luchamos con eficiencia contra los que intentan introducir drogas en nuestro país o utilizar a Cuba como tránsito, y los índices de personas que mueren a causa de la violencia se reduce cada año. No necesitamos para ello soldados yankis. La lucha contra las drogas es un pretexto para establecer bases militares en todo el hemisferio. ¿Desde cuándo los buques de la IV Flota y los aviones modernos de combate sirven para combatir las drogas?

El verdadero objetivo es el control de los recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales. ¿Qué necesidad había de restablecer esa flota, desmovilizada al final de la Segunda Guerra Mundial, hace más de 60 años, cuando ya no existe la URSS ni la guerra fría? Los argumentos utilizados para el establecimiento de siete bases aeronavales en Colombia es un insulto a la inteligencia.

La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yankis. ¿A qué soberanía se refieren? ¿La conquistada por Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins, Morelos, Juárez, Tiradentes, Martí? Ninguno de ellos habría aceptado jamás tan repudiable argumento para justificar la concesión de bases militares a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un imperio más dominante, más poderoso y más universal que las coronas de la península ibérica.

Si como consecuencia de tales acuerdos promovidos de forma ilegal e inconstitucional por Estados Unidos cualquier gobierno de ese país utilizara esas bases, como hicieron Reagan con la guerra sucia y Bush con la de Iraq, para provocar un conflicto armado entre dos pueblos hermanos, sería una gran tragedia. Venezuela y Colombia nacieron juntos en la historia de América tras las batallas de Boyacá y Carabobo, bajo la dirección de Simón Bolívar. Las fuerzas yankis podrían promover una guerra sucia como hicieron en Nicaragua, incluso emplear soldados de otras nacionalidades entrenados por ellos y podrían atacar algún país, pero difícilmente el pueblo combativo, valiente y patriótico de Colombia se deje arrastrar a la guerra contra un pueblo hermano como el de Venezuela.

Se equivocan los imperialistas si subestiman igualmente a los demás pueblos de América Latina. Ninguno estará de acuerdo con las bases militares yankis, ninguno dejará de ser solidario con cualquier pueblo latinoamericano agredido por el imperialismo.

Martí admiraba extraordinariamente a Bolívar y no se equivocó cuando dijo: “…así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo… calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”

Fidel Castro Ruz
Agosto 9 de 2009
6 y 32 p.m.