jueves, 5 de junio de 2008

De Inglaterra a Manizales

Por Espartaco
Cuando una época perfila sus propios problemas y se diferencia de una anterior, los individuos crean nuevas formas de afrontar los nuevos retos y de adecuarse a los nuevos tiempos. Nuestro país a medida que se introduce a un mundo cada vez más globalizado, sufre las metamorfosis que el resto del mundo también padece. En adelante, hablaremos de la historia del movimiento skinhead y su relación con el surgimiento de nuestra organización.

El nacimiento tardío del movimiento skinhead en nuestro país, se realiza bajo situaciones similares a las que en 1969 y hasta la década de los ochentas definieron, y dieron surgimiento a la contracultura skinhead. La frustración de una clase trabajadora que bajo las condiciones precarias de vida, buscaba formas de entretenerse, y a medida que la inmigración jamaiquina a la Gran Bretaña y los problemas propios del estado de bienestar inglés crecían. Más y más jóvenes trabajadores e inmigrantes se identificaban con un estilo de vida que tenía como estandarte el ska, un ritmo de origen jamaiquino que los nuevos inmigrantes pusieron de moda, poco a poco se crea un verdadero movimiento con su propio estereotipo, nace el skinhead.

En Colombia, la situación es diferente, pero puede haber cierta coincidencia, fue el descontento social que da nacimiento al movimiento skinhead. Los primeros skinheads en nuestro país, nacen de una juventud que mira una sociedad que se desmorona por violencia y crisis en todos los niveles en las décadas de los ochentas y noventas. A raíz del movimiento punk-hardcore, jóvenes que no encontraban en estos estilos de vida, una forma eficaz de canalizar sus expectativas y su descontento con los modelos sociales impuestos, van siendo los más interesados en una cultura que era distorsionada por medios de comunicación que veían solo nacionalismo y xenofobia en los skin heads de otros países.


Manizales vivió a finales de los noventa, su primer conato de movimiento, varios punk que no se identificaban plenamente con un estereotipo de vida caótico y desordenado, prefirieron optar por el skinhead. Nace el primer grupo conocido de skin heads. Pero los problemas al tratar de organizarse en SHARP y las peleas continuas con los punks, hicieron desistir a la mayoría.

El siglo XXI, traerá sus propias condiciones e inquietudes, la radicalización del proyecto neoliberal y la creciente represión política, acompañada de un homogenización de los estereotipos a través de los medios masivos de comunicación. Crea un resurgimiento en todo el país de grupos contraculturales, nuevamente los punks aparecen en forma notoria en las calles de nuestras ciudades, ahora con más fuerza al existir ambientes urbanos más grandes.

Se hacen visibles, todo tipo de grupos bajo el nuevo rótulo de tribus o subculturas urbanas (metaleros, punks, rastas, rudos, hardcoretos, skin heads), aunque es de anotar, que muchas veces estos grupos se masifican por la búsqueda de identidad de jóvenes púberos con sola la intención de tener amigos. En Manizales se crean masivamente, en comparación con épocas anteriores, nuevas bandas de punk que atraen a cientos de jóvenes por sus mensajes directos y en muchos casos políticos.

La dinámica del movimiento punk, arroja hacia otras “tribus”, entre estas al skinhead, a quienes críticamente observan como la escena punk de la ciudad, no propone soluciones y se estanca. Pero mientras algunos optan por no organizarse, otros empiezan a contactar a grupos skinheads de otras ciudades, así entre dos compañeros nace la idea de construir R. A. S. H Manizales.

Aunque podemos afirmar, que por encima de un interés en el skinhead, hay en los R. A. S. H, un interés político. Por esta razón, en la consolidación de un grupo base de la organización, la mayoría de los miembros no se identifican inmediatamente con el skinhead, los mueve un interés en el anarquismo o el socialismo. La incredulidad en la farsa electoral, en las propuestas de centro-izquierda, en el pacifismo pasivo y en el capitalismo fomenta en la organización un espíritu radical. La revuelta popular y la insurrección son los puntos de acuerdo que fundamentan nuestra unión, la preparación ideológica y la beligerancia la forma en que la consolidamos.

El llamado que hacemos en la ciudad, supera al movimiento skinhead, se generaliza a todas las personas jóvenes que con claridad política y con rabia quieren organizarse para afrontar las luchas sociales que son necesarias para emprender la labor revolucionaria. Somos la organización con más proyección política de la ciudad y el reconocimiento en la escena a nuestra labor es notorio.

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